Archive for abril 2013
Smartphone para ciegos
Para todos ellos llegan buenas noticias. Un diseñador indio,Sumit Dagar, ya se encuentra trabajando en un prototipo de smartphone especialmente concebido para los invidentes. El smartphone en cuestión (que todavía no ha sido bautizado oficialmente) posee una pantalla formada por una red de pins, que se mueven hacia arriba y hacia abajo para crear formas y caracteres en Braille al recibir un mensaje de texto. Todo gracias a una tecnología denominada Shape Memory Alloy que permite a los pins expandirse y contraerse para transmitir la información.
Según su creador, este smartphone no sólo será el primero basado en el lenguaje Braille, sino que también se convertirá en una gran compañía para la gente ciega. El objetivo es que llegue a las tiendas antes de que finalice el presente año por un precio que podría rondar los $185.
martes, 30 de abril de 2013
Posted by Unknown
Diversidad Lingüística
"Tres anillos para los Reyes Elfos bajo el
cielo.
Siete para los Señores Enanos en casas de piedra.Nueve para los Hombres Mortales condenados a morir.
Uno para el Señor Oscuro, sobre el trono oscuro.
Un Anillo para gobernarlos a todos.
Un anillo para encontrarlos, un Anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas.
En la Tierra de Mordor donde se extienden las Sombras."
Tal
vez el señor oscuro de Tolkien debiera, haber estudiado algo de historia, a
nada que hubiese leído un poco sobre los grandes pueblos que han dominado la
tierra se hubiese dado cuenta de que un anillo es manejable, pero también se
puede perder, de hecho, así sucede y a pesar de tener voluntad propia, no es
capaz de conseguir aquello para lo que fue creado. Si en vez de poner todo su
empeño en esta insignificancia, hubiese volcado sus artes en la unificación de
un pueblo mediante una lengua, la historia hubiese acabado de otra forma. De
hecho a lo largo de la historia numerosos pueblos han dominado y unificado
grandes territorios con el arma de destrucción masiva más poderosa jamás
inventada, aquella que es capaz de eliminar
de raíz pueblos enteros y lo más importante, formas de pensar y de ver el mundo
diferente a la de los conquistadores, no es esta arma otra que la lengua, el
lector pensará que dicha pequeñez utilizada a diario, no es posible denominarla
como tal; pero como todos los grandes regalos de Dios, es decir, la diversidad
lingüística, somos capaces de tergiversar su propósito original, como tantas
otras veces y, no sólo eso, además somos capaces de cambiar aquello que la
identifica como tal, me refiero con esto a que a cualquier cosa lo llamamos ya
lengua, sin serlo, utilizándola como tal.
A lo largo de la historia,
podemos ver como pueblos como los romanos, que conquistaron todo el mundo
conocido por la fuerza de la espada, dominaban por la fuerza de su lengua, y
como ellos antes y después hay numerosos ejemplos: egipcios, fenicios, griegos,
franceses, portugueses, españoles donde el sol nunca se ponía en su imperio y a
pesar de que Nebrija en 1492 nos aleccionó a todos con lo importante que era la
unidad a través de la lengua, ya todo estaba perdido; pues hay una lengua que
no es tal que literalmente nos come por los pies; no me refiero al inglés,
pobres infelices, habilitaron un gran imperio, como todos los demás, lo
unificaron con una lengua, la más hablada posiblemente de este nuestro mundo, pero
cuando su hermano pequeño tomo el relevo, prefirió otra lengua, otra que sí nos
unificaría a todos, sin tener en cuenta el color de nuestra piel, sexo,
creencia o procedencia. Tal vez la lengua más antigua del mundo. Es curioso,
pensar que la lengua primigenia del ser humano es la más dominada por el pueblo
elegido de Dios, me refiero a los semitas, es una lengua curiosa, que desde
Abraham hasta hoy, ellos veneran, casi por encima de todo, siempre, se ha dicho
que el judío no tiene lengua, no es cierto, sí la tiene, el dinero. Esta es su
lengua y a la que se dedica en cuerpo y alma desde el mismo momento en que sale
de su casa y toca la señal del marco de su puerta. Así pues, resulta que los
Estados Unidos de América, nos unificaron con una lengua que no lo es, pero el
problema radica ahí, que no es una lengua, no tiene sentimiento, ni formas de
ver el mundo, nada. Por tanto, no nos respeta, no nos tiene en cuenta y solo se
ocupa de ella misma. Al final como con
tantos otros regalos Divinos, acabamos
corrompiendo hasta la misma esencia del propósito. No hace mucho decían que
el mito de Babel había renacido, pero al contrario, un espacio donde se
unificaban conocimientos mediante lenguas diferentes, Babel cayó por la
diversidad de lenguas y su contrario caería cuando se unificaran las lenguas,
pues bien este espacio es Wikipedia, y casi cae por problemas económicos, de
hecho puede que lo haga, han recaudado pequeños fondos de usuarios, ninguna
gran corporación ha invertido nada, es más algunas ya han estimado que se
podría ganar hasta 70 millones de € por año, si se gestionase bien.
Bien mirado, el señor oscuro no
fuese tan desencaminado y es posible que equivocase el formato, un poco de
papel moneda le hubiesen hecho las veces bastante mejor que un anillo, pero
como siempre se dice la realidad supera la ficción y si no es así ya nos
encargaremos de que así sea.
domingo, 28 de abril de 2013
Posted by Melchor Espinosa
¿Cómo Crecer?
Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles,
arbustos y flores se estaban muriendo.
El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto
como el Pino.
Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas
como la Vid. Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa.
La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el
Roble. Entonces encontró una planta, una fresa, floreciendo y más fresca que
nunca.
El rey preguntó:
¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio
y sombrío?
No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me
plantaste, querías fresas. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías
plantado. En aquel momento me dije: "Intentaré ser Fresa de la mejor
manera que pueda".
Ahora es tu turno. Estás aquí para contribuir con tu
fragancia. Simplemente mírate a vos mismo.
No hay posibilidad de que seas otra persona.
Podes disfrutarlo y florecer regado con tu propio amor por
vos, o podes marchitarte en tu propia condena...
La mirada de Amor
El rey estaba enamorado de Sabrina: una mujer de baja
condición a la que el rey había hecho su última esposa.
Una tarde, mientras el rey estaba de cacería, llegó un
mensajero para avisar que la madre de Sabina estaba enferma. Pese a que existía
la prohibición de usar el carruaje personal del rey (falta que era pagada con
la cabeza), Sabrina subió al carruaje y corrió junto a su madre.
A su regreso, el rey fue informado de la situación.
-¿No es maravillosa?-dijo-Esto es verdaderamente amor
filial. ¡No le importó su vida para cuidar a su madre! ¡Es maravillosa!
Cierto día, mientras Sabrina estaba sentada en el jardín del
palacio comiendo fruta, llegó el rey. La princesa lo saludó y luego le dio un
mordisco al último durazno que quedaba en la canasta.
-¡Parecen ricos!-dijo el rey.
-Lo son- dijo la princesa y alargando la mano le cedió a su
amado el último durazno.
-¡Cuánto me ama!-comentó después el rey-, Renunció a su
propio placer, para darme el último durazno de la canasta. ¿No es fantástica?
Pasaron algunos años y vaya a saber por qué, el amor y la
pasión desaparecieron del corazón del rey.
Sentado con su amigo más confidente, le decía:
-Nunca se portó como una reina… ¿Acaso no desafió mi
investidura usando mi carruaje? Es más, recuerdo que un día me dio a comer una
fruta mordida.
domingo, 21 de abril de 2013
Posted by Melchor Espinosa
La Ciudad de los Pozos
Esta ciudad no estaba habitada por personas, como todas las
demás ciudades del planeta.
Esta ciudad estaba habitada por pozos. Pozos vivientes...pero
pozos al fin.
Los pozos se diferenciaban entre sí, no solo por el lugar en
el que estaban excavados sino también por el brocal (la abertura que los
conectaba con el exterior). Había pozos pudientes y ostentosos con brocales de
mármol y de metales preciosos; pozos humildes de ladrillo y madera y algunos
otros más pobres, con simples agujeros pelados que se abrían en la tierra.
La comunicación entre los habitantes de la ciudad era de
brocal a brocal y las noticias cundían rápidamente, de punta a punta del
poblado.
Un día llegó a la ciudad una "moda" que
seguramente había nacido en algún pueblito humano: La nueva idea señalaba que
todo ser viviente que se precie debería cuidar mucho más lo interior que lo
exterior. Lo importante no es lo superficial sino el contenido.
Así fue como los pozos empezaron a llenarse de cosas.
Algunos se llenaban de cosas, monedas de oro y piedras preciosas. Otros, más
prácticos, se llenaron de electrodomésticos y aparatos mecánicos. Algunos más
optaron por el arte y fueron llenándose de pinturas , pianos de cola y
sofisticadas esculturas posmodernas. Finalmente los intelectuales se llenaron
de libros, de manifiestos ideológicos y de revistas especializadas.
Pasó el tiempo.
La mayoría de los pozos se llenaron a tal punto que ya no
pudieron incorporar nada más.
Los pozos no eran todos iguales así que, si bien algunos se
conformaron, hubo otros que pensaron que debían hacer algo para seguir metiendo
cosas en su interior...
Alguno de ellos fue el primero: en lugar de apretar el
contenido, se le ocurrió aumentar su capacidad ensanchándose.
No paso mucho tiempo antes de que la idea fuera imitada,
todos los pozos gastaban gran parte de sus energías en ensancharse para poder
hacer más espacio en su interior.
Un pozo, pequeño y alejado del centro de la ciudad, empezó a
ver a sus camaradas ensanchándose desmedidamente. El pensó que si seguían
hinchándose de tal manera, pronto se confundirían los bordes y cada uno
perdería su identidad...
Quizás a partir de esta idea se le ocurrió que otra manera
de aumentar su capacidad era crecer, pero no a lo ancho sino hacia lo profundo.
Hacerse más hondo en lugar de más ancho.
Pronto se dio cuenta que todo lo que tenia dentro de él le
imposibilitaba la tarea de profundizar. Si quería ser más profundo debía
vaciarse de todo contenido...
Al principio tuvo miedo al vacío, pero luego, cuando vio que
no había otra posibilidad, lo hizo.
Vacío de posesiones, el pozo empezó a volverse profundo,
mientras los demás se apoderaban de las cosas de las que él se había
deshecho...
Un día , sorpresivamente el pozo que crecía hacia adentro
tuvo una sorpresa: adentro, muy adentro , y muy en el fondo encontró agua!!!.
Nunca antes otro pozo había encontrado agua...
El pozo supero la sorpresa y empezó a jugar con el agua del
fondo, humedeciendo las paredes, salpicando los bordes y por último sacando
agua hacia fuera.
La ciudad nunca había sido regada más que por la lluvia, que
de hecho era bastante escasa, así que la tierra alrededor del pozo,
revitalizada por el agua, empezó a despertar.
Las semillas de sus entrañas, brotaron en pasto, en
tréboles, en flores, y en troquitos endebles que se volvieron árboles
después...
La vida explotó en colores alrededor del alejado pozo al que
empezaron a llamar "El Vergel".
Todos le preguntaban cómo había conseguido el milagro.
-Ningún milagro- contestaba el Vergel- hay que buscar en el interior, hacia lo
profundo... Muchos quisieron seguir el ejemplo del Vergel, pero desandaron la
idea cuando se dieron cuenta de que para ir más profundo debían vaciarse.
Siguieron ensanchándose cada vez más para llenarse de más y
más cosas...
En la otra punta de la ciudad, otro pozo, decidió correr
también el riesgo del vacío...
Y también empezó a profundizar...
Y también llegó al agua...
Y también salpicó hacia fuera creando un segundo oasis verde
en el pueblo...
-¿Qué harás cuando se termine el agua?- le preguntaban. -No
sé lo que pasará- contestaba- Pero, por ahora, cuánto más agua saco, más agua
hay. Pasaron unos cuantos meses antes del gran descubrimiento.
Un día, casi por casualidad, los dos pozos se dieron cuenta
de que el agua que habían encontrado en el fondo de sí mismos era la
misma...Que el mismo río subterráneo que pasaba por uno inundaba la profundidad
del otro.
Se dieron cuenta de que se abría para ellos una nueva vida.
No sólo podían comunicarse, de brocal a brocal, superficialmente, como todos
los demás, sino que la búsqueda les había deparado un nuevo y secreto punto de
contacto:
La comunicación profunda que sólo consiguen entre sí,
aquellos que tienen el coraje de vaciarse de contenidos y buscar en lo profundo
de su ser lo que tienen para dar...
El Portero del Prostíbulo
No había en el pueblo un oficio peor conceptuado y peor pago
que el de portero del prostíbulo. Pero ¿qué otra cosa podría hacer aquel
hombre?
De hecho, nunca había aprendido a leer ni a escribir, no
tenía ninguna otra actividad ni oficio. En realidad, era su puesto porque sus
padres había sido portero de ese prostíbulo y también antes, el padre de su
padre.
Durante décadas, el prostíbulo se pasaba de padres a hijos y
la portería se pasaba de padres a hijos.
Un día, el viejo propietario murió y se hizo cargo del
prostíbulo un joven con inquietudes, creativo y emprendedor. El joven decidió
modernizar el negocio.
Modificó las habitaciones y después citó al personal para
darle nuevas instrucciones.
Al portero, le dijo: A partir de hoy usted, además de estar
en la puerta, me va a preparar una planilla semanal. Allí anotará usted la
cantidad de parejas que entran día por día. A una de cada cinco, le preguntará
cómo fueron atendidas y qué corregirían del lugar. Y una vez por semana, me
presentará esa planilla con los comentarios que usted crea convenientes.
El hombre tembló, nunca le había faltado disposición al
trabajo pero.....
Me encantaría satisfacerlo, señor - balbuceó - pero yo... yo
no sé leer ni escribir.
¡Ah! ¡Cuánto lo siento! Como usted comprenderá, yo no puedo
pagar a otra persona para que haga esto y tampoco puedo esperar hasta que usted
aprenda a escribir, por lo tanto...
Pero señor, usted no me puede despedir, yo trabajé en esto
toda mi vida, también mi padre y mi abuelo...
No lo dejó terminar.
Mire, yo comprendo, pero no puedo hacer nada por usted.
Lógicamente le vamos a dar una indemnización, esto es, una cantidad de dinero
para que tenga hasta que encuentre otra cosa. Así que, lo siento. Que tenga
suerte.
Y sin más, se dio vuelta y se fue.
El hombre sintió que el mundo se derrumbaba. Nunca había
pensado que podría llegar a encontrarse en esa situación. Llegó a sí casa, por
primera vez desocupado. ¿Qué hacer?
Recordó que a veces en el prostíbulo, cuando se rompía una
cama o se arruinaba una pata de un ropero, él, con un martillo y clavos se las
ingeniaba para hacer un arreglo sencillo y provisorio. Pensó que esta podría
ser una ocupación transitoria hasta que alguien le ofreciera un empleo.
Buscó por toda la casa las herramientas que necesitaba, sólo
tenía unos clavos oxidados y una tenaza mellada.
Tenía que comprar una caja de herramientas completa.
Para eso usaría una parte del dinero recibido.
En la esquina de su casa se enteró de que en su pueblo no
había una ferretería, y que debía viajar dos días en mula para ir al pueblo más
cercano a realizar la compra.
¿Qué más da? Pensó, y emprendió la marcha.
A su regreso, traía una hermosa y completa caja de
herramientas. No había terminado de quitarse las botas cuando llamaron a la
puerta de su casa. Era su vecino.
Vengo a preguntarle si no tiene un martillo para prestarme.
Mire, sí, lo acabo de comprar pero lo necesito para
trabajar... como
me quedé sin empleo...
Bueno, pero yo se lo devolvería mañana bien temprano.
Está bien.
A la mañana siguiente, como había prometido, el vecino tocó
la puerta. Mire, yo todavía necesito el martillo. ¿Por qué no me lo vende?
No, yo lo necesito para trabajar y además, la ferretería
está a dos días de mula.
Hagamos un trato - dijo el vecino- Yo le pagaré a usted los
dos días de ida y los dos de vuelta, más el precio del martillo, total usted
está sin trabajar. ¿Qué le parece?.
Realmente, esto le daba un trabajo por cuatro días...
Aceptó. Volvió a montar su mula.
Al regreso, otro vecino lo esperaba en la puerta de su casa.
Hola, vecino. ¿Usted le vendió un martillo a nuestro amigo?
Sí...
Yo necesito unas herramientas, estoy dispuesto a pagarle sus
cuatros días de viaje, y una pequeña ganancia por cada herramienta. Usted sabe,
no todos podemos disponer de cuatro días para nuestras compras.
El ex - portero abrió su caja de herramientas y su vecino
eligió una pinza, un destornillador, un martillo y un cincel. Le pagó y se fue.
"...No todos disponemos de cuatro días para compras",
recordaba. Si esto era cierto, mucha gente podría necesitar que él viajara a
traer herramientas.
En el siguiente viaje decidió que arriesgaría un poco del
dinero de la indemnización, trayendo más herramientas que las que había
vendido. De paso, podría ahorrar algún tiempo de viajes.
La voz empezó a correrse por el barrio y muchos quisieron
evitarse el viaje.
Una vez por semana, el ahora corredor de herramientas
viajaba y compraba lo que necesitaban sus clientes.
Pronto entendió que si pudiera encontrar un lugar donde
almacenar las herramientas, podría ahorrar más viajes y ganar más dinero.
Alquiló un galpón.
Luego le hizo una entrada más cómoda y algunas semanas
después con una vidriera, el galpón se transformó en la primer ferretería del
pueblo.
Todos estaban contentos y compraban en su negocio. Ya no
viajaba, de la ferretería del pueblo vecino le enviaban sus pedidos. Él era un
buen cliente.
Con el tiempo, todos los compradores de pueblos pequeños más
lejanos preferían comprar en su ferretería y ganar dos días de marcha.
Un día se le ocurrió que su amigo, el tornero, podría
fabricar para él las cabezas de los martillos.
Y luego, ¿por qué no? Las tenazas... y las pinzas... y los
cinceles. Y luego fueron los clavos y los tornillos.....
Para no hacer muy largo el cuento, sucedió que en diez años
aquel hombre se transformó con honestidad y trabajo en un millonario fabricante
de herramientas. El empresario más poderoso de la región.
Tan poderoso era, que un año para la fecha de comienzo de
las clases, decidió donar a su pueblo una escuela. Allí se enseñaría además de
lectoescritura, las artes y loas oficios más prácticos de la época.
El intendente y el alcalde organizaron una gran fiesta de
inauguración de la escuela y una importante cena de agasajo para su fundador. A
los postres, el alcalde le entregó las llaves de la ciudad y el intendente lo
abrazó y le dijo:
Es con gran orgullo y gratitud que le pedimos nos conceda el
honor de poner su firma en la primer hoja del libro de actas de la nueva
escuela.
El honor sería para mí - dijo el hombre -. Creo que nada me
gustaría más que firmar allí, pero yo no sé leer ni escribir. Yo soy
analfabeto.
¿Usted? - dijo el intendente, que no alcanzaba a creerlo -
¿Usted no sabe leer ni escribir? ¿Usted construyó un imperio industrial sin
saber leer ni escribir? Estoy asombrado. Me pregunto, ¿qué hubiera hecho si
hubiera sabido leer y escribir?
Yo se lo puedo contestar - respondió el hombre con calma -.
Si yo hubiera sabido leer y escribir... sería portero del prostíbulo!.
sábado, 20 de abril de 2013
Posted by Melchor Espinosa
El Verdadero Valor del anillo.
Un joven concurrió a un sabio en busca de ayuda.
- Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no
tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien,
que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar maestro?. ¿Qué puedo hacer
para que me valoren más?
El maestro, sin mirarlo, le dijo:
- ¡Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo
resolver primero mis propios problemas. Quizás después... Si quisieras ayudarme
tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te
pueda ayudar.
- E... encantado, maestro -titubeó el joven pero sintió que
otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas-.
- Bien -asintió el maestro-. Se quitó un anillo que llevaba
en el dedo pequeño de la mano izquierda y dándoselo al muchacho agregó: Toma el
caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este
anillo para pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma
posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete y regresa con esa
moneda lo más rápido que puedas.
El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó, empezó a
ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés hasta
que el joven decía lo que pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba
la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un
viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una
moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo.
En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y
un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de
una moneda de oro, así que rechazó la oferta.
Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en
el mercado -más de cien personas- y abatido por su fracaso, montó su caballo y
regresó.
¡Cuánto hubiese deseado el joven tener él mismo esa moneda
de oro! Podría habérsela entregado al maestro para liberarlo de su preocupación
y recibir entonces su consejo y su ayuda.
- Maestro -dijo- lo siento, no es posible conseguir lo que
me pediste. Quizás pudiera conseguir 2 ó 3 monedas de plata, pero no creo que
yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.
- ¡Qué importante lo que dijiste, joven amigo! -contestó
sonriente el maestro-. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo.
Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él para saberlo?. Dile que
quisieras vender el anillo y pregúntale cuánto da por él. Pero no importa lo
que ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.
El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la
luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo:
- Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no
puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.
- ¿¿¿¿58 monedas???? -exclamó el joven-.
- Sí, -replicó el joyero-. Yo sé que con tiempo podríamos
obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé... Si la venta es urgente...
El joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo
sucedido.
- Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo-. Tú eres
como este anillo: una joya única y valiosa. Y como tal, sólo puede evaluarte
verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera
descubra tu verdadero valor?
Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo
pequeño de su mano izquierda.
viernes, 19 de abril de 2013
Posted by Melchor Espinosa
Galletitas
A una estación de trenes llega una tarde, una señora muy
elegante. En la ventanilla le informan que el tren está retrasado y que tardará
aproximadamente una hora en llegar a la estación.
Un poco fastidiada, la señora va al puesto de diarios y
compra una revista, luego pasa al kiosco y compra un paquete de galletitas y
una lata de gaseosa.
Preparada para la forzosa espera, se sienta en uno de los
largos bancos del andén. Mientras hojea la revista, un joven se sienta a su
lado y comienza a leer un diario. Imprevistamente la señora ve, por el rabillo
del ojo, cómo el muchacho, sin decir una palabra, estira la mano, agarra el
paquete de galletitas, lo abre y después de sacar una comienza a comérsela
despreocupadamente.
La mujer está indignada. No está dispuesta a ser grosera,
pero tampoco a hacer de cuenta que nada ha pasado; así que, con gesto ampuloso,
toma el paquete y saca una galletita que exhibe frente al joven y se la come
mirándolo fijamente.
Por toda respuesta, el joven sonríe... y toma otra
galletita.
La señora gime un poco, toma una nueva galletita y, con
ostensibles señales de fastidio, se la come sosteniendo otra vez la mirada en
el muchacho.
El diálogo de miradas y sonrisas continúa entre galleta y
galleta. La señora cada vez más irritada, el muchacho cada vez más divertido.
Finalmente, la señora se da cuenta de que en el paquete
queda sólo la última galletita. " No podrá ser tan caradura", piensa,
y se queda como congelada mirando alternativamente al joven y a las galletitas.
Con calma, el muchacho alarga la mano, toma la última
galletita y, con mucha suavidad, la corta exactamente por la mitad. Con su
sonrisa más amorosa le ofrece media a la señora.
- Gracias! - dice la mujer tomando con rudeza la media
galletita.
- De nada - contesta el joven sonriendo angelical mientras
come su mitad.
El tren llega.
Furiosa, la señora se levanta con sus cosas y sube al tren.
Al arrancar, desde el vagón ve al muchacho todavía sentado en el banco del
andén y piensa: " Insolente".
Siente la boca reseca de ira. Abre la cartera para sacar la
lata de gaseosa y se sorprende al encontrar, cerrado, su paquete de
galletitas... ! Intacto!.
jueves, 18 de abril de 2013
Posted by Melchor Espinosa
Amarse con lo Ojos Abiertos
Quizás la expectativa de felicidad instantánea que solemos
endilgarle al vínculo de pareja, este deseo de exultancia, se deba a un
estiramiento ilusorio del instante de enamoramiento.
Cuando uno se enamora en realidad no ve al otro en su
totalidad, sino que el otro funciona como una pantalla donde el enamorado proyecta
sus aspectos idealizados.
Los sentimientos, a diferencia de las pasiones, son más
duraderos y están anclados a la percepción de la realidad externa. La
construcción del amor empieza cuando puedo ver al que tengo enfrente, cuando
descubro al otro.
Es allí cuando el amor reemplaza al enamoramiento.
Pasado ese momento inicial comienzan a salir a la luz las peores partes mías que también proyecto en él. Amar a alguien es el desafío de deshacer aquellas proyecciones para relacionarse verdaderamente con el otro. Este
proceso no es fácil, pero es una de las cosas más hermosas que ocurren o que ayudamos a que ocurran.
Hablamos del amor en el sentido de "que nos importa el bienestar del otro".
Nada más y nada menos. El amor como el bienestar que
invade cuerpo y alma y que se afianza cuando puedo ver al otro sin querer
cambiarlo.
Más importante que la manera de ser del otro, importa el
bienestar que siento a su lado y su bienestar al lado mío. El placer de
estar con alguien que se ocupa de que uno esté bien, que percibe lo que
necesitamos y disfruta al dárnoslo, eso hace al amor.
Una pareja es más que una decisión, es algo que ocurre
cuando nos sentimos unidos a otro de una manera diferente. Podría decir que
desde el placer de estar con otro tomamos la decisión de compartir gran parte
de nuestra vida con esa persona y descubrimos el gusto de estar juntos. Aunque
es necesario saber que encontrar un compañero de ruta no es suficiente; también
hace falta que esa persona sea capaz de nutrirnos, como ya dijimos, que de
hecho sea una eficaz ayuda en nuestro crecimiento personal.
Welwood dice que el verdadero amor existe cuando amamos por lo que sabemos que esa persona puede llegar a ser, no solo por lo que es.
"El enamoramiento es más bien una relación en la cual
la otra persona no es en realidad reconocida como verdaderamente otra, sino más
bien sentida e interpretada como si fuera un doble de uno mismo, quizás en la
versión masculina y eventualmente dotada de rasgos que corresponden a la imagen
idealizada de lo que uno quisiera ser. En el enamoramiento hay un yo me amo al
verme reflejado en vos." Mauricio Abadi.
Enamorarse es amar las coincidencias, y amar es enamorarse
de las diferencias.
miércoles, 17 de abril de 2013
Posted by Melchor Espinosa
Quiero
Quiero que me oigas, sin juzgarme.
Quiero que opines, sin aconsejarme.
Quiero que confíes en mi, sin exigirme.
Quiero que me ayudes, sin intentar decidir por mi
Quiero que me cuides, sin anularme.
Quiero que me mires, sin proyectar tus cosas en mi.
Quiero que me abraces, sin asfixiarme.
Quiero que me animes, sin empujarme.
Quiero que me sostengas, sin hacerte cargo de mi.
Quiero que me protejas, sin mentiras.
Quiero que te acerques, sin invadirme.
Quiero que conozcas las cosas mías que más te disgusten,
que las aceptes y no pretendas cambiarlas.
Quiero que sepas, que hoy,
hoy podés contar conmigo.
Sin condiciones.
Quiero que opines, sin aconsejarme.
Quiero que confíes en mi, sin exigirme.
Quiero que me ayudes, sin intentar decidir por mi
Quiero que me cuides, sin anularme.
Quiero que me mires, sin proyectar tus cosas en mi.
Quiero que me abraces, sin asfixiarme.
Quiero que me animes, sin empujarme.
Quiero que me sostengas, sin hacerte cargo de mi.
Quiero que me protejas, sin mentiras.
Quiero que te acerques, sin invadirme.
Quiero que conozcas las cosas mías que más te disgusten,
que las aceptes y no pretendas cambiarlas.
Quiero que sepas, que hoy,
hoy podés contar conmigo.
Sin condiciones.
Vídeo de tu blogg
Esta es una página donde podemos generar un vídeo
interactivo de las últimas entradas de nuestro blog.
La experiencia multimedia es bastante agradable siempre y
cuando no escojamos la primera opción de audio que resulta bastante alarmante
de telediario de las 15:00
La página promete que el vídeo se mantendrá siempre
actualizado por lo que la experiencia siempre será diferente.
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Aquí os dejo el ejemplo que en breve espero que forme parte
del blog en alguno de los muchos espacios destinados a gadgets.
Angry Birds para Blogger
Una entrada interesante con la que puedes pasar un buen rato, no todo es estudiar.
Este es el código HTML para que podais colocar este juego en vuestras entradas:
Hay más juegos por la red sólo se trata de ir busando.
Si lo preferís tambiés se puede colocar como Gadget, simplemente hay que ir a DISEÑO, elegir una de las muchas ubicaciones donde situar el nuevo gadget y elegir HTML/Javascript y pegar el código de arriba.
Que os divirtais con el juego.
<center><object
data="http://static.microoyun.com/angry-birds-rio.swf"
height="400" id="gameArea" style="display: block;
visibility: visible;" type="application/x-shockwave-flash"
width="500"> <param name="wmode"
value="direct" /> <embed src="http://static.microoyun.com/angry-birds-rio.swf"
width="500" height="400"
wmode="direct"></embed> </object><a
href="http://www.gadgetsblogger.com/2013/04/juego-angry-birds-para-blogger.html"
rel="nofollow">Angry Birds para
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Hay más juegos por la red sólo se trata de ir busando.
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Que os divirtais con el juego.
Autodependencia
"Me acuerdo siempre de esta escena:
Mi primo, mucho más chico que yo, tenía tres años. Yo tenía
uno doce...
Estábamos en el comedor diario de la casa de mi abuela. Mi
primito vino corriendo y se llevó la mesa ratona por delante. Cayó sentado de
culo en el piso llorando.
Se había dado un golpe fuerte y poco después un bultito del
tamaño de un carozo de durazno le apareció en la frente.
Mi tía que estaba en la habitación corrió a abrazarlo y
mientras me pedía que trajera hielo le decía a mi primo: Pobrecito, mala la
mesa que te pegó, chas chas a la mesa..., mientras le daba palmadas al mueble
invitando a mi pobre primo a que la imitara... Y yo pensaba: ¿...? ¿Cuál es la
enseñanza? La responsabilidad no es tuya que sos un torpe, que tenés tres años
y que no mirás por dónde caminás; la culpa es de la mesa. La mesa es mala.
Yo intentaba entender más o menos sorprendido el mensaje
oculto de la mala intencionalidad de los objetos. Y mi tía insistía para que mi
primo le pegara a la mesa...
Me parece gracioso como símbolo, pero como aprendizaje me
parece siniestro: vos nunca sos responsable de lo que hiciste, la culpa siempre
la tiene el otro, la culpa es del afuera, vos no, es el otro el que tiene que
dejar de estar en tu camino para que vos no te golpees...
Tuve que recorrer un largo trecho para apartarme de los
mensajes de las tías del mundo.
Es mi responsabilidad apartarme de lo que me daña. Es mi
responsabilidad defenderme de los que me hacen daño. Es mi responsabilidad
hacerme cargo de lo que me pasa y saber mi cuota de participación en los
hechos.
Tengo que darme cuenta de la influencia que tiene cada cosa
que hago. Para que las cosas que me pasan me pasen, yo tengo que hacer lo que
hago. Y no digo que puedo manejar todo lo que me pasa sino que soy responsable
de lo que me pasa porque en algo, aunque sea pequeño, he colaborado para que
suceda. Yo no puedo controlar la actitud de todos a mi alrededor pero puedo
controlar la mía. Puedo actuar libremente con lo que hago. Tendré que decidir
qué hago. Con mis limitaciones, con mis miserias, con mis ignorancias, con todo
lo que sé y aprendí, con todo eso, tendré que decidir cuál es la mejor manera
de actuar. Y tendré que actuar de esa mejor manera. Tendré que conocerme más
para saber cuáles son mis recursos. Tendré que quererme tanto como para
privilegiarme y saber que esta es mi decisión. Y tendré, entonces, algo que
viene con la autonomía y que es la otra cara de la libertad: el coraje. Tendré
el coraje de actuar como mi conciencia me dicta y de pagar el precio. Tendré
que ser libre aunque a vos no te guste. Y si no vas a quererme así como soy; y
si te vas a ir de mi lado, así como soy; y si en la noche más larga y más fría
del invierno me vas a dejar solo y te vas a ir... cerrá la puerta, ¿viste?
porque entra viento. Cerrá la puerta. Si esa es tu decisión, cerrá la
puerta. No voy a pedirte que te quedes un minuto más de lo que vos quieras. Te
digo: cerrá la puerta porque yo me quedo y hace frío. Y esta va a ser mi
decisión. Esto me transforma en una especie de ser inmanejable. Porque los
autodependientes son inmanejables. Porque a un autodependiente solamente lo
manejas si él quiere. Esto significa un paso muy adelante en tu historia y en
tu desarrollo, una manera diferente de vivir el mundo y probablemente
signifique empezar a conocer un poco más a quien está a tu lado.
Si sos autodependiente, de verdad, es probable que algunas
personas de las que están a tu lado se vayan... Quizás algunos no quieran
quedarse. Bueno, habrá que pagar ese precio también. Habrá que pagar el precio
de soportar las partidas de algunos a mi alrededor y prepararse para festejar
la llegada de otros (Quizás...)"
viernes, 12 de abril de 2013
Posted by Melchor Espinosa
La Tristeza y la Furia
En un reino encantado donde los hombres nunca pueden llegar,
o quizás donde los hombres transitan eternamente sin darse cuenta...
En un reino mágico, donde las cosas no tangibles, se vuelven
concretas.
Había una vez... un estanque maravilloso.
Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces
de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se
reflejaban permanentemente...
Hasta ese estanque mágico y transparente se acercaron a
bañarse haciéndose mutua compañía, la tristeza y la furia.
Las dos se quitaron sus vestimentas y desnudas las dos
entraron al estanque.
La furia, apurada (como siempre esta la furia), urgida -sin
saber por qué- se baño rápidamente y más rápidamente aún, salió del agua...
Pero la furia es ciega, o por lo menos no distingue
claramente la realidad, así que, desnuda y apurada, se puso, al salir, la
primera ropa que encontró...
Y sucedió que esa ropa no era la suya, sino la de la tristeza...
Y así vestida de tristeza, la furia se fue.
Muy calma, y muy serena, dispuesta como siempre a quedarse
en el lugar donde está, la tristeza terminó su baño y sin ningún apuro (o mejor
dicho, sin conciencia del paso del tiempo), con pereza y lentamente, salió del
estanque.
En la orilla se encontró con que su ropa ya no estaba.
Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le
gusta es quedar al desnudo, así que se puso la única ropa que había junto al
estanque, la ropa de la furia.
Cuentan que desde entonces, muchas veces uno se encuentra
con la furia, ciega, cruel, terrible y enfadada, pero si nos damos el tiempo de
mirar bien, encontramos que esta furia que vemos es sólo un disfraz, y que
detrás del disfraz de la furia, en realidad... está escondida la tristeza.
jueves, 11 de abril de 2013
Posted by Melchor Espinosa
Un relato sobre Amor
Se trata de dos hermosos jóvenes que se pusieron de novios
cuando ella tenía trece y él dieciocho. Vivían en un pueblito de leñadores
situado al lado de una montaña. Él era alto, esbelto y musculoso, dado que
había aprendido a ser leñador desde la infancia. Ella era rubia, de pelo muy
largo, tanto que le llegaba hasta la cintura; tenía los ojos celestes, hermosos
y maravillosos..
La historia cuenta que habían noviado con la complicidad de
todo el pueblo. Hasta que un día, cuando ella tuvo dieciocho y él veintitrés,
el pueblo entero se puso de acuerdo para ayudar a que ambos se casaran.
Les regalaron una cabaña, con una parcela de árboles para
que él pudiera trabajar como leñador. Después de casarse se fueron a vivir allí
para la alegría de todos, de ellos, de su familia y del pueblo, que tanto había
ayudado en esa relación.
Y vivieron allí durante todos los días de un invierno, un
verano, una primavera y un otoño, disfrutando mucho de estar juntos. Cuando el
día del primer aniversario se acercaba, ella sintió que debía hacer algo para
demostrarle a él su profundo amor. Pensó hacerle un regalo que significara
esto. Un hacha nueva relacionaría todo con el trabajo; un pulóver tejido
tampoco la convencía, pues ya le había tejido pulóveres en otras oportunidades;
una comida no era suficiente agasajo...
Decidió bajar al pueblo para ver qué podía encontrar allí y
empezó a caminar por las calles. Sin embargo, por mucho que caminara no
encontraba nada que fuera tan importante y que ella pudiera comprar con las
monedas que, semanas antes, había ido guardando de los vueltos de las compras
pensando que se acercaba la fecha del aniversario.
Al pasar por una joyería, la única del pueblo, vio una
hermosa cadena de oro expuesta en la vidriera. Entonces recordó que había un
solo objeto material que él adoraba verdaderamente, que él consideraba valioso.
Se trataba de un reloj de oro que su abuelo le había regalado antes de morir.
Desde chico, él guardaba ese reloj en un estuche de gamuza, que dejaba siempre
al lado de su cama. Todas las noches abría la mesita de luz, sacaba del sobre
de gamuza aquel reloj, lo lustraba, le daba un poquito de cuerda, se quedaba
escuchándolo hasta que la cuerda se terminaba, lo volvía a lustrar, lo
acariciaba un rato y lo guardaba nuevamente en el estuche.
Ella pensó: "Que maravilloso regalo sería esta cadena
de oro para aquel reloj." Entró a preguntar cuánto valía y, ante la
respuesta, una angustia la tomó por sorpresa. Era mucho más dinero del que ella
había imaginado, mucho más de lo que ella había podido juntar. Hubiera tenido
que esperar tres aniversarios más para poder comprárselo. Pero ella no podía
esperar tanto.
Salió del pueblo un poco triste, pensando qué hacer para
conseguir el dinero necesario para esto. Entonces pensó en trabajar, pero no
sabía cómo; y pensó y pensó, hasta que, al pasar por la única peluquería del
pueblo, se encontró con un cartel que decía: "Se compra pelo
natural". Y como ella tenía ese pelo rubio, que no se había cortado desde
que tenía diez años, no tardó en entrar a preguntar.
El dinero que le ofrecían alcanzaba para comprar la cadena
de oro y todavía sobraba para una caja donde guardar la cadena y el reloj. No
dudó. Le dijo a la peluquera:
- Si dentro de tres días regreso para venderle mi pelo,
¿usted me lo compraría?
- Seguro - fue la respuesta.
- Entonces en tres días estaré aquí.
Regresó a la joyería, dejó reservada la cadena y volvió a su
casa. No dijo nada.
El día del aniversario, ellos dos se abrazaron un poquito
más fuerte que de costumbre. Luego, él se fue a trabajar y ella bajó al pueblo.
Se hizo cortar el pelo bien corto y, luego de tomar el
dinero, se dirigió a la joyería. Compró allí la cadena de oro y la caja de
madera. Cuando llegó a su
casa, cocinó y esperó que se hiciera la tarde, momento en
que él solía regresar.
A diferencia de otras veces, que iluminaba la casa cuando él
llegaba, esta vez ella bajó las luces, puso sólo dos velas y se colocó un
pañuelo en la cabeza. Porque él también amaba su pelo y ella no quería que él
se diera cuenta de que se lo había cortado. Ya habría tiempo después para
explicárselo.
Él llegó. Se abrazaron muy fuerte y se dijeron lo mucho que
se querían. Entonces, ella sacó de debajo de la mesa la caja de madera que
contenía la cadena de oro para el reloj. Y él fue hasta el ropero y extrajo de
allí una caja muy grande que le había traído mientras ella no estaba. La caja
contenía dos enormes peinetones que él había comprado... vendiendo el reloj de
oro del abuelo.
Si ustedes creen que el amor es sacrificio, por favor, no se
olviden de esta historia. El amor no está en nosotros para sacrificarse por el
otro, sino para disfrutar de su existencia.
miércoles, 10 de abril de 2013
Posted by Melchor Espinosa
Sueños de Semilla
En el silencio de mi reflexión percibo todo mi mundo interno
como si fuera una semilla, de alguna manera pequeña e insignificante pero también
pletórica de potencialidades.
...Y veo en sus entrañas el germen de un árbol magnífico, el
árbol de mi propia vida en proceso de desarrollo.
En su pequeñez, cada semilla contiene el espíritu del árbol
que será después. Cada semilla sabe cómo transformarse en árbol, cayendo en
tierra fértil, absorbiendo los jugos que la alimentan, expandiendo las ramas y
el follaje, llenándose de flores y de frutos, para poder dar lo que tienen que
dar.
Cada semilla sabe cómo llegar a ser árbol. Y tantas son las
semillas como son los sueños secretos.
Dentro de nosotros, innumerables sueños esperan el tiempo de
germinar, echar raíces y darse a luz, morir como semillas... para convertirse
en árboles.
Árboles magníficos y orgullosos que a su vez nos digan, en
su solidez, que oigamos nuestra voz interior, que escuchemos la sabiduría de
nuestros sueños semilla.
Ellos, los sueños, indican el camino con símbolos y señales
de toda clase, en cada hecho, en cada momento, entre las cosas y entre las
personas, en los dolores y en los placeres, en los triunfos y en los fracasos.
Lo soñado nos enseña, dormidos o despiertos, a vernos, a escucharnos, a darnos
cuenta.
Nos muestra el rumbo en presentimientos huidizos o en relámpagos
de lucidez cegadora.
Y así crecemos, nos desarrollamos, evolucionamos... Y un día, mientras
transitamos este eterno presente que llamamos vida, las semillas de nuestros
sueños se transformarán en árboles, y desplegarán sus ramas que, como alas
gigantescas, cruzarán el cielo, uniendo en un solo trazo nuestro pasado y
nuestro futuro.
Nada hay que temer,... una sabiduría interior las acompaña...
porque cada semilla sabe... cómo llegar
a ser árbol...
martes, 9 de abril de 2013
Posted by Melchor Espinosa
Obstáculos
Voy andando por un sendero.
Dejo que mis pies me lleven.
Mis ojos se posan en los árboles, en los pájaros, en las
piedras. En el horizonte se recorte la silueta de una ciudad. Agudizo la mirada
para distinguirla bien. Siento que la ciudad me atrae.
Sin saber cómo, me doy cuenta de que en esta ciudad puedo
encontrar todo lo que deseo. Todas mis metas, mis objetivos y mis logros. Mis
ambiciones y mis sueños están en esta ciudad. Lo que quiero conseguir, lo que
necesito, lo que más me gustaría ser, aquello a lo cual aspiro, o que intento,
por lo que trabajo, lo que siempre ambicioné, aquello que sería el mayor de mis
éxitos.
Me imagino que todo eso está en esa ciudad. Sin dudar,
empiezo a caminar hacia ella. A poco de andar, el sendero se hace cuesta
arriba. Me canso un poco, pero no me importa.
Sigo. Diviso una sombra negra, más adelante, en el camino.
Al acercarme, veo que una enorme zanja me impide mi paso. Temo... dudo.
Me enoja que mi meta no pueda conseguirse fácilmente. De
todas maneras decido saltar la zanja. Retrocedo, tomo impulso y salto...
Consigo pasarla. Me repongo y sigo caminando.
Unos metros más adelante, aparece otra zanja. Vuelvo a tomar
carrera y también la salto. Corro hacia la ciudad: el camino parece despejado.
Me sorprende un abismo que detiene mi camino. Me detengo. Imposible saltarlo
Veo que a un costado hay maderas, clavos y herramientas. Me
doy cuenta de que está allí para construir un puente. Nunca he sido hábil con
mis manos... Pienso en renunciar. Miro la meta que deseo... y resisto.
Empiezo a construir el puente. Pasan horas, o días, o meses.
El puente está hecho. Emocionado, lo cruzo. Y al llegar al otro lado...
descubro el muro. Un gigantesco muro frío y húmedo rodea la ciudad de mis sueños...
Me siento abatido... Busco la manera de esquivarlo. No hay
caso. Debo escalarlo. La ciudad está tan cerca... No dejaré que el muro impida
mi paso.
Me propongo trepar. Descanso unos minutos y tomo aire... De
pronto veo, a un costado del camino un niño que me mira como si me conociera.
Me sonríe con complicidad.
Me recuerda a mí mismo... cuando era niño.
Quizás por eso, me animo a expresar en voz alta mi queja: -¿Por
qué tantos obstáculos entre mi objetivo y yo?
El niño se encoge de hombros y me contesta: -¿Por qué me lo
preguntas a mí?
Los obstáculos no estaban antes de que tú llegaras... Los
obstáculos los trajiste tú.
miércoles, 3 de abril de 2013
Posted by Melchor Espinosa
Sin Título, Sin vergüenza, Sin Futuro
Cuando te encuentras cosas como estas, se te pone la carne de gallina y piensas, - ¡Qué bonito!
Pero sólo hay que fijarse un poco para ver la fecha en la que hablo, lo llena que estaba la sala de conferencias, y el final.
Para ver que sólo quedó en eso: ¡Qué bonito!
Pero sólo hay que fijarse un poco para ver la fecha en la que hablo, lo llena que estaba la sala de conferencias, y el final.
Para ver que sólo quedó en eso: ¡Qué bonito!
martes, 2 de abril de 2013
Posted by Melchor Espinosa
Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo 2 de abril
«El autismo no está restringido a una sola región ni a un
solo país; es un reto de alcance mundial que requiere medidas a nivel
mundial.[...] Ahora es el momento de obrar en pro de una sociedad más
inclusiva, poner de relieve los talentos de las personas afectadas y velar por
que haya oportunidades para que puedan desarrollar su potencial.»
Mensaje del
Secretario General, Ban Ki-moon
con motivo del Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, 2 de abril de
2013
El autismo es una discapacidad permanente del desarrollo que
se manifiesta en los tres primeros años de edad. La tasa del autismo en todas
las regiones del mundo es alta y tiene un terrible impacto en los niños, sus
familias, las comunidades y la sociedad.
A lo largo de su historia, el Sistema de las Naciones Unidas
ha promovido los derechos y el bienestar de los discapacitados, incluidos los
niños con discapacidades de desarrollo. En 2008, la Convención sobre los
Derechos de las Personas con Discapacidad entró en vigor, reafirmando el
principio fundamental de universalidad de los derechos humanos para todos.
La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró por
unanimidad el 2 de abril como Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo (A/RES/62/139) para poner de
relieve la necesidad de ayudar a mejorar las condiciones de vida de los niños y
adultos que sufren este trastorno.
Alegoría del Carruaje
Un día de
octubre, una voz familiar en el teléfono me dice: -Salí a la calle que hay un
regalo para vos.
Entusiasmado,
salgo a la vereda y me encuentro con el regalo. Es un precioso carruaje
estacionado justo, justo frente a la puerta de mi casa. Es de madera de nogal
lustrada, tiene herrajes de bronce y lámparas de cerámica blanca, todo muy
fino, muy elegante, muy "chic". Abro la portezuela de la cabina y
subo. Un gran asiento semicircular forrado en pana bordó y unos visillos de
encaje blanco le dan un toque de realeza al cubículo. Me siento y me doy cuenta
que todo está diseñado exclusivamente para mí, está calculado el largo de las
piernas, el ancho del asiento, la altura del techo... todo es muy cómodo, y no
hay lugar para nadie más.
Entonces miro
por la ventana y veo "el paisaje": de un lado el frente de mi casa,
del otro el frente de la casa de mi vecino... y digo: "¡Qué bárbaro este
regalo! "¡Qué bien, qué lindo...!" Y me quedo un rato disfrutando de
esa sensación.
Al rato empiezo
a aburrirme; lo que se ve por la ventana es siempre lo mismo.
Me pregunto:
"¿Cuánto tiempo uno puede ver las mismas cosas?" Y empiezo a
convencerme de que el regalo que me hicieron no sirve para nada.
De eso me ando
quejando en voz alta cuando pasa mi vecino que me dice, como adivinándome: -¿No
te das cuenta que a este carruaje le falta algo?
Yo pongo cara
de qué-le-falta mientras miro las alfombras y los tapizados.
-Le faltan los
caballos - me dice antes de que llegue a preguntarle.
Por eso veo
siempre lo mismo -pienso-, por eso me parece aburrido.
-Cierto - digo
yo.
Entonces voy
hasta el corralón de la estación y le ato dos caballos al carruaje. Me subo
otra vez y desde adentro les grito:
-¡¡Eaaaaa!!
El paisaje se
vuelve maravilloso, extraordinario, cambia permanentemente y eso me sorprende.
Sin embargo, al
poco tiempo empiezo a sentir cierta vibración en el carruaje y a ver el
comienzo de una rajadura en uno de los laterales.
Son los
caballos que me conducen por caminos terribles; agarran todos los pozos, se
suben a las veredas, me llevan por barrios peligrosos.
Me doy cuenta
que yo no tengo ningún control de nada; los caballos me arrastran a donde ellos
quieren. Al principio, ese derrotero era muy lindo, pero al final siento que es
muy peligroso.
Comienzo a
asustarme y a darme cuenta que esto tampoco sirve.
En ese momento
veo a mi vecino que pasa por ahí cerca, en su auto. Lo insulto: -¡Qué me hizo!
Me grita:-¡Te
falta el cochero!
-¡Ah! - digo
yo.
Con gran
dificultad y con su ayuda, sofreno los caballos y decido contratar un cochero.
A los pocos días asume funciones. Es un hombre formal y circunspecto con cara
de poco humor y mucho conocimiento.
Me parece que
ahora sí estoy preparado para disfrutar verdaderamente del regalo que me
hicieron. Me subo, me acomodo, asomo la cabeza y le indico al cochero a dónde
ir.
Él conduce, él
controla la situación, él decide la velocidad adecuada y elige la mejor ruta.
Yo... Yo
disfruto el viaje.
"Hemos
nacido, salido de nuestra casa y nos hemos encontrado con un regalo: nuestro
cuerpo.
A poco de nacer
nuestro cuerpo registró un deseo, una necesidad, un requerimiento instintivo, y
se movió. Este carruaje no serviría para nada si no tuviera caballos; ellos son
los deseos, las necesidades, las pulsiones y los afectos.
Todo va bien
durante un tiempo, pero en algún momento empezamos a darnos cuenta que estos
deseos nos llegaban por caminos un poco arriesgados y a veces peligrosos, y
entonces tenemos necesidad de sofrenarlos. Aquí es donde aparece la figura del
cochero: nuestra cabeza, nuestro intelecto, nuestra capacidad de pensar
racionalmente.
El cochero
sirve para evaluar el camino, la ruta. Pero quienes realmente tiran del
carruaje son tus caballos.
No permitas que
el cochero los descuide. Tienen que ser alimentados y protegidos, porque... ¿qué
harías sin los caballos? ¿Qué sería de vos si fueras solamente cuerpo y
cerebro? Si no tuvieras ningún deseo, ¿cómo sería la vida? Sería como la de esa
gente que va por el mundo sin contacto con sus emociones, dejando que solamente
su cerebro empuje el carruaje. Obviamente tampoco podés descuidar el carruaje,
porque tiene que durar todo el proyecto. Y esto implicará reparar, cuidar,
afinar lo que sea necesario para su mantenimiento. Si nadie lo cuida, el
carruaje se rompe, y si se rompe se acabó el viaje..."