- Back to Home »
- Bucay , Educación , entretenimiento , Literatura , Pensar »
- Galletitas
Posted by : Melchor Espinosa
jueves, 18 de abril de 2013
A una estación de trenes llega una tarde, una señora muy
elegante. En la ventanilla le informan que el tren está retrasado y que tardará
aproximadamente una hora en llegar a la estación.
Un poco fastidiada, la señora va al puesto de diarios y
compra una revista, luego pasa al kiosco y compra un paquete de galletitas y
una lata de gaseosa.
Preparada para la forzosa espera, se sienta en uno de los
largos bancos del andén. Mientras hojea la revista, un joven se sienta a su
lado y comienza a leer un diario. Imprevistamente la señora ve, por el rabillo
del ojo, cómo el muchacho, sin decir una palabra, estira la mano, agarra el
paquete de galletitas, lo abre y después de sacar una comienza a comérsela
despreocupadamente.
La mujer está indignada. No está dispuesta a ser grosera,
pero tampoco a hacer de cuenta que nada ha pasado; así que, con gesto ampuloso,
toma el paquete y saca una galletita que exhibe frente al joven y se la come
mirándolo fijamente.
Por toda respuesta, el joven sonríe... y toma otra
galletita.
La señora gime un poco, toma una nueva galletita y, con
ostensibles señales de fastidio, se la come sosteniendo otra vez la mirada en
el muchacho.
El diálogo de miradas y sonrisas continúa entre galleta y
galleta. La señora cada vez más irritada, el muchacho cada vez más divertido.
Finalmente, la señora se da cuenta de que en el paquete
queda sólo la última galletita. " No podrá ser tan caradura", piensa,
y se queda como congelada mirando alternativamente al joven y a las galletitas.
Con calma, el muchacho alarga la mano, toma la última
galletita y, con mucha suavidad, la corta exactamente por la mitad. Con su
sonrisa más amorosa le ofrece media a la señora.
- Gracias! - dice la mujer tomando con rudeza la media
galletita.
- De nada - contesta el joven sonriendo angelical mientras
come su mitad.
El tren llega.
Furiosa, la señora se levanta con sus cosas y sube al tren.
Al arrancar, desde el vagón ve al muchacho todavía sentado en el banco del
andén y piensa: " Insolente".
Siente la boca reseca de ira. Abre la cartera para sacar la
lata de gaseosa y se sorprende al encontrar, cerrado, su paquete de
galletitas... ! Intacto!.
Publicar un comentario