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Posted by : Melchor Espinosa
martes, 18 de junio de 2013
El
diccionario de la Real Academia Española define utopía como plan, proyecto, doctrina o sistema optimista que
aparece como irrealizable en el momento de su formulación, es decir, es aquello
que a priori es irrealizable y pertenece más al mundo de los sueños, de los
sentimientos, de lo que será, pero también teniendo en cuenta que puede que sea
el será, y que de ser, algún día, dejará de serlo, al menos en su definición, porque
si algún día es dejará de ser utópico y será una realidad. Tanto como nombre
como adjetivo es algo que utilizamos para el futuro y para los sueños y por
tanto evoca lo maravilloso que tiene el ser humano, pues entra del mundo de la
esperanza y esta nunca es mala o dañina, ya que nosotros mandamos sobre ella.
Hay dos
cosas maravillosas de ser maestro de repaso por horas, la primera es que te da
oportunidad de entrar en contacto con los, cada vez más, renglones torcidos del
sistema educativo, tienes la responsabilidad de ofrecer una de las pocas
oportunidades, antes de la hecatombe definitiva para el desarrollo de un ser
humano, el fracaso del sistema educativo; teniendo siempre en cuenta, que uno
es una excepción, dos una norma alternativa de uso y tres es ya normalidad. La
segunda es que te da la oportunidad de ver cosas como lo hay en la foto y de ahí
el título.
Definir
democracia directa o asamblearia como extremo utópico es mentir descaradamente
a la historia y al presente, ya que en principio en Atenas, no había otra
opción de democracia que no fuese esta, es decir, aquellos ciudadanos
participaban y muy en serio en las decisiones de su polis, ya que si se votaba
ir a la guerra eran ellos mismos los que cogían su lanza y su escudo y partían
hacia el campo de batalla, luego, era muy importante participar, se jugaban la
vida en ello. También se miente al presente, ya que sí que hay un país europeo
en la actualidad con democracia participativa y es Suiza.
Son
curiosas las contradicciones, porque es allí donde las explicaciones de los
mentirosos pierden fuerza, por ejemplo, la actual crisis es una crisis causada
por la avaricia y el poder del dinero manejado por la banca que es el mal
mismo, que casualidad Suiza es un país dominado por la banca. Sutilmente se nos
informa cada día de que el problema de nuestra democracia, son las minorías autonómicas
que no luchan por la unidad y sólo quieren separarse de este gran país y esto
nos está rompiendo y que el gobierno no tiene suficiente poder, pobrecitos,
pues resulta que en Suiza tienen menos poder aún ya que si bien la banca
domina, todas las semanas hay referéndums donde los ciudadanos responsables
votan sobre aquellos anteproyectos de ley que les parecen interesantes.
Según
los modelos nuestra democracia es representativa, me pregunto yo de quién, y es
que la clave del miedo de nuestros dirigentes está en la última frase: el
autogobierno y la autogestión del pueblo por sí mismo, y eso asusta porque
elimina muchos puestos de trabajo, los de ellos. ¿Cómo evitan quedarse sin su
puesto perpetuando y manteniendo una casta de dirigentes que muchas veces no
tienen ni los estudios mínimos que ellos demandan al conjunto de la sociedad?
Fácil, la educación es la clave, lo siento pero un arma no es peligrosa en sí
misma, el peligro lo engendra el que la maneja. Nos inculcan con apenas 16 años
que el modelo óptimo de ser esclavizados es el que tenemos, que no hay más
esperanzas y que de haber algo mejor es irrealizable, por si alguno se escapa
del rebaño y decide mirar fuera, no vaya a ser que piense diferente.
¿Cómo
lo arreglamos? Si la educación está al servicio de los que mandan, también lo
está el germen de su derrota, pues es fácil esconderse entre la multitud,
también perderse, un maestro que se precie de llamarse así y no debe quedar
impasible ante esta afirmación y debería cambiarla, si es que es persona; cada
vez que un alumno sale de la escuela pensando así puede que se lo crea, o no y,
si descubre el engaño las culpas recaerán sobre el maestro, pero cada vez que
un alumno sale de la escuela PENSANDO, los laureles y la gloria también recaen
sobre el maestro, así que señores docentes dejen de quejarse de que en España no se valora la educación y
empiecen a reescribir las frases que no les gustan pues su arma siempre ha sido
y será el lápiz y el borrador.
Al final
todo depende de los mismos, que le vamos a hacer, pero lo bonito de las
palabras es las infinitas posibilidades, ciertas o no, que ofrecen en cuanto a
su combinación, y por ejemplo y como final, una utopía es que los que esgrimen argumentos en contra del cambio y de que
se piense, crean que el mañana nunca llegará, y nosotros los maestros,
dominamos las palabras a otro nivel diferente que los políticos, las nuestras
son de las que calan y perduran no de las que hacen dormir.
Dile a
un niño que puede cambiar el mundo y se arremangará y preguntará por dónde
empieza, un adulto te dirá que eres idiota.
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